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Primero, tenemos que decir, WAO, qué libro! Pasar por la historia de Bocas acompañado por el sumamente impresionante Dr. José Antonio Price no sólo ha abierto nuestros ojos a la rica historia de Bocas durante los primeros 50 años de la República sino que nos ha dado una sensación sobre la experiencia de ser negro durante aquella época. Tuvimos la gran oportunidad de conocer personalmente al autor de Memorias de Bocas Town, Ariel Rene Pérez Price, y escuchar más sobre el libro y Bocas.
Qué te inspiró a escribir Memorias de Bocas Town? Cuál es tu relación con Bocas? Memorias de Bocas Town es, en principio, un intento por reconstruir la historia de mi familia materna y su conexión con Bocas del Toro, en especial la trayectoria vital del Dr. José Antonio Price (1890-1951), quien fue mi abuelo y quien según mis investigaciones, resulta ser el primer médico oriundo de Bocas del Toro y el primer afro-panameño dentro de la era republicana (1913) en obtener un título de doctor en medicina y cirugía. La vida y relevancia del personaje, era profundamente ignorada por la historia nacional, pero también dentro de mi propio grupo familiar, donde se desconocían muchísimas facetas de su vida. La idea del libro fue, entonces, escudriñar su historia, visibilizando un personaje de importancia para Bocas del Toro y el país, en el contexto de la historia perdida del archipiélago. El libro posee un estilo hibrido, donde prima la novela histórica; aunque debido a sus múltiples referencias historiográficas, hay quienes lo catalogan como un ensayo creativo. Mi aspiración fue brindar al lector una historia verídica, que no dejara de ser interesante y cautivante desde una perspectiva literaria. A parte del componente familiar, ya explicado, otro tema que me motivo profundamente, fue el escribir sobre episodios perdidos de la historia de Bocas del Toro, y que no son parte del currículo oficial. Entre estos tenemos, la invasión del internacionalista Liberal Catarino Garza en el año 1895; los eventos relativos a las separación de Colombia en 1903; la captura y deportación de comerciantes alemanés durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, el reclutamiento de súbditos caribeños por parte del ejército Británico; el movimiento obrero que se incubó a la sombra de las plantaciones, la visita de Marcus Garvey y el impacto de su organización en Bocas del Toro; entre muchos otros. Qué importancia tiene Bocas del Toro para la historia de Panamá? Era noviembre de 1903 y en uno de sus primeros Decretos, la Junta de Gobierno Provisional de la nueva República, creó la provincia de Bocas del Toro, con el objeto de reafirmar su soberanía política sobre una región, tradicionalmente, muy disputada con otros países del área y que era ya, la tercera localidad en importancia económica para Panamá. El cultivo del Banano desató una vorágine comercial, capitalizada por la United Fruit Company, que impulsó la inmigración de diversos grupos humanos, los cuales debieron convivir en una región geográfica muy reducida, produciendo un mestizaje étnico y cultural del que poco se ha escrito. La conectividad marítima que disfrutaba Bocas del Toro, producto de su estatus como puerto internacional desde 1890, creo rutas de intercambio comercial, pero también humano, que entrelazaron al archipiélago con el caribe y puertos del sur norteamericano, en especial New Orleans. A esto debemos sumarle la inmigración europea y asiática que lideró el trasiego e intercambio de mercaderías durante la primera parte del siglo XX. Bocas del Toro era una joya del Caribe, un portento cosmopolita, orgánico y multicultural que produjo personajes de gran relevancia histórica y que fueron invizibilizados, por ser parte de un Caribe que aportaba diversidad a una sociedad que trató de homogenizarse bajo el paraguas de un imaginario, exclusivamente, hispanoamericano. En adición a la vasta población indígena u originaria, en Bocas del Toro existía desde inicios del Siglo XIX, una importante población negra y mulata, producto de la interacción entre colonos británicos y sus esclavos, quienes se hacían llamar “Criollos”, cuya lengua era el inglés y religión el metodismo. En resumen la historia de Bocas del Toro aporta evidencia de la diversidad histórica del componente humano y cultural, de lo que hoy llamamos “panameño”. Cuéntanos de un periodo de la historia de Bocas y su vida cotidiana. Prefiero transcribir un extracto de la obra, respondiendo la pregunta: “Aquella última noche del siglo XIX, Hilda Price y su vástago atendieron la celebración que tomó lugar en la Iglesia católica de Bocas Town. Para la época, los católicos de la isla eran, sin lugar a dudas, una minoría frente a aquéllos de denominación metodista y anglicana, quienes también se conglomeraron en sus respectivos templos. No faltaron celebraciones menos convencionales que anunciaban un apocalíptico fin del mundo. La Pocomía y otros cultos de substancia africana eran múltiples, manifestándose esa noche a la vista de todos, en la piel de sacerdotisas quienes histéricas clamaban ser poseídas por el espíritu. Otros celebraban en las calles, abarrotando cantinas, animadas por pianos, guitarras e instrumentos de viento, en medio de penumbras alumbradas por lámparas de parafina. De regreso a casa, una moko jumbie de más de diez pies de altura, llamó la atención de José Antonio, quien veía cómo el gigante avanzaba por calle primera rodeado por una multitud, que danzaba al compás de tambores y piccolos. Bocas del Toro parió un microcosmos único, una realidad social alucinante que en nada se asemejaba a lo experimentado en el resto del istmo. El español era una lengua extranjera que sucumbía ante el inglés y otras como el francés, el chino y el alemán; mientras que sus habitantes, sin interesar su procedencia, importaban sus costumbres, contribuyendo a dar forma a aquella cazuela étnica que, por momentos, parecía alcanzar su punto de ebullición. No obstante, nuevos sucesos bélicos ocurridos entre 1901 y 1902 harían recordar a todos que Bocas del Toro era aún Colombia. La Guerra de los Mil Días arribó arrastrando a la población local y extranjera a un conflicto que sería el presagio del advenimiento de un nuevo orden político…”. Qué fue la cosa más sorprendente que encontraste cuando estabas haciendo la investigación para el libro? Con respecto a la vida del protagonista, me sorprendió el contexto en que realizó sus estudios universitarios. Gracias a Todd Savitt, experto en medicina afro-americana y profesor en la East Carolina University, fui capaz de adquirir evidencia que corrobora que Price estudió entre los años 1907-1913, en dos universidades segregadas del Sur de los Estados Unidos: Shaw University en Carolina del Norte y la extinta University of West Tennessee. Fue impresionante entender que Price, con el fin de superarse, permaneció seis años de su vida en un ambiente hostil, racista y donde eran comunes actos abominables como el linchamiento. Experimentar el “Jim Crow” debió ser toda una pesadilla. Fue interesante descubrir que el médico estuvo casado con una ciudadana francesa de nombre Lilliane Georget (1915), a quien conoció en Bocas del Toro. Resultó una gran experiencia viajar a Paris y conocer a los descendientes de Lilliane, quien se mudó a Francia a finales de la Primera Guerra Mundial, una vez terminó su relación con mi abuelo. El único documento que poseo, escrito de puño y letra por mi abuelo, me fue obsequiado por Virginie Georget, quien es bisnieta de un hermano de Lilliane. Fue importante, pues como novela, el libro explora sentimientos y el componente humano del personaje. Me sorprendió que muy lejos de aquí, en la ciudad de Londres, en los archivos nacionales del gobierno británico, existe una impresionante colección de epístolas entre diplomáticos británicos basados en Colón y Bocas del Toro a principios del siglo XX y sus contrapartes en la Oficina del Exterior del Reino Unido, donde se relatan con precisión eventos olvidados de la historia de Bocas del Toro. Entre los más interesantes se encuentran el reclutamiento de súbditos británicos del caribe en el archipiélago, quienes pasaron a ser combatientes en la Primera Guerra Mundial. Qué importancia tiene tu familia en la historia de Panamá? Creo que como muchas otras familias panameñas, cuya ascendencia proviene, parcialmente, de inmigrantes del caribe, la importancia recae en demostrar la diversidad del panameño y el aporte del afro-caribeño en muchas facetas de la vida, inclusive la profesional, durante aquellos primeros años de la vida republicana. Creo que es de mucho valor, que un bocatoreño, cuya madre era proveniente de Belice, haya logrado convertirse en cirujano en épocas en que la profesión médica era privilegio de las elites de la periferia capitalina. En Bocas del Toro, se convirtió en pionero de la medicina privada en Panamá, al fundar el Hospital Santa Fe (1916) y la Farmacia Central (1914), instituciones que contribuyeron a satisfacer la demanda por servicios médicos en Bocas del Toro, en tiempos en que el acceso a la salud era limitado. El Dr. Price fue también un importante político Liberal, muy cercano al arrabal de Santa Ana y al Dr. Carlos Antonio Mendoza, quien vivió en Bocas del Toro. En múltiples ocasiones ocupó el cargo de presidente del Consejo Municipal y participó del proceso de nacionalización de la salud, hasta entonces en manos de los norteamericanos, implementado por el presidente Porras, laborando como médico oficial en Chiriquí occidente y Darién. En su última etapa como político fue líder del partido Liberal Renovador en la provincia, contribuyendo a promover la necesidad de reformar la trágica Constitución de 1941, que despojó de sus derechos ciudadanos al descendiente de origen caribeño. En resumen el Dr. José Antonio Price fue un panameño fundacional, líder de la joven república y quien merecía ser visibilizado luego de décadas de olvido. Conoces alguna historia que haya sucedido o esté relacionada con alguno de los sitios icónicos existentes de Bocas? El 25 de Mayo de 1910, Bocas del Toro recibió, con gran exaltación, la primera visita de un presidente panameño a sus tierras. Se trataba del Dr. Carlos Antonio Mendoza Soto, quien por coincidencia vivió en la provincia entre 1904-1907, donde se retiró luego de desavenencias con Manuel Amador Guerrero. Los vínculos de Mendoza y el Liberalismo radical con la provincia son tratados, en detalle, en “Memorias de Bocas Town”. Bocas del Toro fue un baluarte del Liberalismo radical en el Caribe, destino de figuras políticas que eran descendientes del denominado “partido liberal negro”. Además de Mendoza, otras importantes figuras emigraron a Bocas del Toro, estableciéndose y ejerciendo una beligerante actividad política desde 1890 y en especial durante la Guerra de los Mil Días. Entre ellos Pacifico Meléndez, Fabio Bravo y Don Rafael Neira. Volviendo a la visita Mendoza el mismo fue objeto de un gran recibimiento por parte de las autoridades y la población, en el Palacio de Gobierno (finalizado en 1907) joya de la arquitectura republicana, aun en pie y en proceso de restauración. Mendoza fue agasajado, también, por el gerente de la United Fruit Company, quien lo recibió en el edificio de la administración de la United Fuit Company, ubicado sobre la Calle 3era y que hoy en día alberga las instalaciones del Gran Hotel Bahía. El edificio, gracias al empeño de su propietario, Don Tito Thomas, mantiene mucho de su estructura original y es una verdadera joya de la arquitectura caribeña victoriana de principios del Siglo XX. En esa misma edificación estuvieron también ubicados, los consulados de Estados Unidos y de Gran Bretaña. Conoces alguna historia que haya sucedido o esté relacionada con alguno de los sitios icónicos inexistentes de Bocas? Eran las 2:47 de la tarde del día 21 de Abril de 1921, cuando Marcus Garvey arribó a Bocas Town. El denominado “Presidente Provisional de África” y líder máximo de la “Universal Negro Improvement Associaton”, fue recibido por miles de seguidores, quienes marcharon, disciplinadamente, en destacados uniformes. Cuentan reportes de la época que Garvey se hospedó en el #32 de la Avenida Norte (desaparecido) y fue objeto de una multitudinaria reunión ocurrida en el “San Miguel Hall”, ubicado sobre la calle Sexta (desaparecido), la cual fue organizada por Felix Russell, T.H. Saunders y otros líderes locales del movimiento. El motivo principal de su visita fue promover las acciones de la “Black Star Line” y difundir el mensaje del “New Negro” incubado en Harlem; aunque mucho de sus seguidores esperaban ser liberados de las plantaciones, para perpetrar un eventual retorno al África de sus ancestros. Sería la última vez que Garvey visitaría Bocas del Toro. Unos años después fue encarcelado por las autoridades norteamericanas quienes consideraban como subversivas sus actividades políticas y comerciales. El Panafricanismo impulsado por Garvey, trajo esperanza y sentido de pertenencia a una muy variada negritud asentada en el istmo y en especial Bocas del Toro, en tiempos de segregación en las plantaciones y rechazo cultural en Panamá. El 30 de Mayo de 2013, el Municipio de Bocas del Toro, otorgó las llaves de la ciudad al Dr. Julius Garvey, hijo menor de Marcus Garvey. Quisiera concluir exhortando a las autoridades bocatoreñas y a su población a impulsar una política de conservación y promoción de la arquitectura caribeña, misma que parece estar desapareciendo de Isla Colón y que es parte de su patrimonio histórico y cultural. Hace falta implementar un estricto código de construcción y un plan de ordenamiento territorial cónsono con las idiosincrasia de Bocas Town. Puedes encontrar Memorias de Bocas Town en la librería de Panamá Viejo y en el Museo del Canal en Casco Antiguo.
1 Comment
Ramon Sanchez
4/13/2021 06:44:56 pm
Impresive unknown stories that must be part of the history books in Bocas high schools, because the identity of Bocas peoples need this in order to know their real history and be proud of their ancestors.
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